jueves, 7 de junio de 2012

Las Mazmorras del Congreso.


Siempre he imaginado que, una vez que las cámaras están apagadas y los periodistas fuera del Congreso, los políticos guardan sus disfraces de archi enemigos y abandonan sus papeles de Mourinho vs Guardiola o de Batman contra el Joker y estallan en carcajadas, que deben llevar conteniendo desde el minuto 2 de la sesión de control del Gobierno y, mientras se secan las lágrimas, se enfundan unas túnicas adornadas con una gaviota empuñando una rosa, a modo de escudo. Ahí es cuando empieza su verdadera reunión, enterrando sus diferencias y, tras cantar el "We Do" que popularizaron los Canteros en aquel memorable capítulo de Los Simpson, cambian el hacha de guerra por las jarras de cerveza, comentando las mejores jugadas a medida que los efluvios etílicos van haciendo su labor. Entonces, abren alguna compuerta secreta y bajarán a algún claustro convenientemente blindado y con inhibidores de frecuencia que les impida caer en la trampa del micrófono abierto. Una vez todo el perímetro está asegurado, Rubalcaba correrá a darle una palmada en la espalda al Presidente del Gobierno.

- 'Mariano, has estado increíble con la reforma laboral, les vamos a tener tan cogidos de los huevos que los únicos con tiempo libre para ir a Sol serán los perroflautas y Willy Toledo. Nadie los va a tomar en serio. No esta vez'.

- 'Para esho eshtamos, Alfredo, p'a servir. Y ya verásh la que tiene preparada Eshpe, que le va a bajar más el sueldo a los funcionariosh. En un par de años esos mataos nos pagarán para ir a la oficina'.

- 'Por supuesto que pagarán, que tenemos que tapar el agujero de Bankia y, además, silenciar a MAFO y a algún otro, que como le dé por rajar, nos lleva a todos por delante y verás qué risas'

-'No te preocupesh, que eshte año tenemos Eurocopa. Pan y circo, querido amigo. Pan y circo...'

Y estallará en una maléfica carcajada mientras un pico de tensión hace oscilar las luces del Congreso, sumiéndolo en una tétrica oscuridad que se irá extendiendo a lo largo de todo el país. Del Cabo de Gata hasta Finisterre. La otrora envidiada España, la que lideraba con su crecimiento exponencial el crecimiento de la Unión Europea, se tambalea momentos antes de venirse abajo, en silencio y sin protestar. Asintiendo servilmente ante las extravagantes demandas de nuestros dirigentes, como hemos hecho a lo largo de toda nuestra Historia. Es lo que tiene haber construido nuestra economía sobre los cimientos fangosos de la corrupción urbanística y el ladrillo.

Mientras la clase política sigue jugando al enfrentamiento de las dos Españas, convertidas en cuatro o cinco a medida que los nacionalismos avanzan sobre la alfombra roja que el ineficaz y negligente modelo de Autonomías les ha tendido, los ciudadanos apuran sus másters online en finanzas domésticas para conseguir cuadrar los presupuestos de los hogares. La pobre maruja que tiene que cambiar su ocio frente al Tomate por una hoja de cálculo para ver cómo carajo va a pagar la subida de la luz, de la gasolina, del pescado, del agua, del IVA, del IRPF y, al paso que vamos, hasta del aire que respiramos mientras, por otro lado le bajan la nómina al marido, que tendrá que agradecer que mantiene su trabajo. Aunque cobre menos que hace dos años. Aunque trabaje más horas. Luego todos nos escandalizamos si vemos que cada vez hay más universitarias que se sacan un sobresueldo con la prostitución. Tendrán que aprovechar las pobres mientras puedan, que al paso que vamos nos cascan el derecho de pernada antes de Navidad.

Y, hablando de la Navidad. Este año el regalo que más pedirán los niños no será la Playstation. Apuesto por la green card. O un cayuco. O cualquier cosa que valga para salir por patas de este país antes de que se hunda del todo y nos encontremos todos con nuestra cartilla de racionamiento a las puertas de Cáritas, peleándonos por un plato de lentejas mientras, en las mazmorras del Congreso, Asamblea u órgano de Gobierno que toque, resuenen las carcajadas de todos aquellos que nos han puesto al borde del abismo y, una vez más, se van a marchar de rositas.

2 comentarios:

  1. Efectivamente amigo.
    Hoy en día da igual votar a unos que a otros, los que están en la oposición critican las mismas cosas que estaban dispuestos a hacer antes.
    Además, en todos los organismos públicos se mantiene una duplicidad de directivos. Los activos, que están sincronizados con el partido en el poder, y los directivos en la sombra, aparcados sin renunciar a su sueldo y esperando a que vuelva al poder el otro partido para acceder a su puesto.

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  2. Se cubren las espaldas entre ellos, no vaya a ser que alguien les joda el cortijo y tengan que trabajar. Si me
    aseguran que con un rescate nos quitan tanta duplicidad y mandan a tomar por culo el estado de autonomías, lo firmo ya.

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